Que las mujeres sean capaces de gestar a un ser humano y de traerlo al mundo después es algo asombroso. Pero no tener hijos, ya sea o no por elección propia, no hace a una mujer ser menos mujer.
Por Catherine Pearson traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros
Ciudad de México, 6 de febrero (SinEmbargo/Huffington Post).– 1. Hay que hacer operación bikini para poder ponerse esta prenda.
¿Tienes un cuerpo? ¿También tienes un bikini? Enhorabuena, puedes ponerte uno.
2. Tu cuerpo no puede fabricar residuos.
La idea de que las partes íntimas de una mujer tienen que estar completamente limpias y secas a no ser que esté con la regla es completamente falsa. Que una vagina produzca fluidos es completamente normal, como explica el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. "La mayoría de las mujeres produce fluidos de vez en cuando. Algunas secretan fluidos todos los días y otras lo hacen muy de vez en cuando", afirma este organismo.
Si cambia de color, es más denso o te produce incomodidades, consúltalo con un médico. Si no es el caso, asume que secretar fluidos sirve para mantener a tu vagina limpia y libre de infecciones.
3. No deberías tener ni un pelo en el cuerpo, exceptuando tu melena brillante y tus cuidadas cejas.
Aunque vivamos en una sociedad que estigmatiza el vello corporal en mujeres, es algo perfectamente normal, y la mayoría de ellas lo tienen por todas partes, hasta en la cara y en los dedos de los pies. Haz lo que te dé la gana con tu vello. ¿Quieres depilártelo, recortártelo o incluso hacerte trenzas? Perfecto. ¿Quieres dejarlo crecer para que todo el mundo pueda admirar su belleza? Adelante.
4. Tu cuerpo estaría mucho mejor si comieras mejor.
¿Que una remolacha o un aguacate tienen más nutrientes que una bolsa de Cheetos? Pues sí. ¿Que comer primero, segundo y postre es más sano? También. Pero, como dice L.V. Anderson en la revista Slate, esta idea "implica que cualquier persona que no coma así está comiendo mal". Le añade un valor ético a la comida que no tiene y apoya la idea errónea de que estar delgado es mejor para la vida.
5. Puedes perfeccionar tu cuerpo.
De alguna manera, los cuatro primeros puntos también tienen que ver con éste, pero la idea de que existe una versión ideal de tu cuerpo y que está fuera de tu alcance es algo tan generalizado y dañino que merece la pena repetirlo.
Tu cuerpo no sería "perfecto" si tonificaras un poco, perdieras 5 kilos, te quitaras cualquier rastro de vello corporal o de arrugas, estuvieras más morena o si únicamente te alimentaras a base de batidos y de salmón noruego. El cuerpo de una mujer no es un proyecto que necesite perfeccionarse y mejorarlo no es la clave para el éxito y la felicidad.
6. La principal amenaza para tu salud es el cáncer de mama.
El cáncer de mama es un riesgo para la salud de la mujer, sí, por eso una mayor concienciación sobre los factores de riesgo y una mejora del acceso a una sanidad económica y de calidad son muy importantes.
Pero también es importante tener en cuenta otras enfermedades que afectan a la salud de las mujeres, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares (la principal causa de muerte de Estados Unidos) o el cáncer de piel (que ha aumentado entre mujeres jóvenes). No es cuestión de meter miedo, es cuestión de recordar que la educación ayuda a las mujeres a tomar las riendas su salud.
7. Tu cuerpo no está hecho para el sexo.
Es verdad que, cuando se trata de relaciones sexuales heterosexuales, existe una diferencia entre los orgasmos de los hombres y de las mujeres. Y esto no se debe a que los cuerpos de las mujeres no estén hechos para el sexo a nivel fisiológico. De hecho, las mujeres son capaces de tener orgasmos múltiples. "Al contrario que los hombres, no necesitan un periodo refractario entre cada encuentro sexual", afirmó Laura Berman, educadora sexual, a la revista Everyday Health. "Las mujeres pueden reincorporarse inmediatamente al placer y volver a experimentar otro orgasmo en cuestión de minutos".
O, como dijo la actriz Lizzy Caplan, de la serie Masters of Sex: "El cuerpo de una mujer está mejor preparado para el sexo que el de un hombre… Nosotras somos las verdaderas atletas sexuales y no ellos".
8. Tu cuerpo no es fuerte ni poderoso.
Que se lo digan a Serena Williams. O a Mireia Belmonte. O a la selección española de balonmano femenino, que consiguió la medalla de plata en el Europeo del año pasado. O a Angelina Jolie, que se enfrentó a una doble mastectomía.
9. Tener un hijo es la función principal de tu cuerpo.
Que las mujeres sean capaces de gestar a un ser humano y de traerlo al mundo después es algo asombroso. Pero no tener hijos, ya sea o no por elección propia, no hace a una mujer ser menos mujer. Según Gloria Steinem, periodista estadounidense, "igual que no tienes por qué ser cantante de ópera por tener cuerdas vocales, no tienes por qué tener un hijo sólo por tener útero".
10. La gente puede opinar sobre tu cuerpo.
La gente intenta definir y delimitar el cuerpo de las mujeres de mil maneras distintas. Las revistas femeninas te dicen si tienes forma de pera; los piropos miden lo deseable que eres. Los políticos intentan regular el cuerpo de las mujeres. Algunos hombres tratan de convencer a las mujeres de que ellos tienen un derecho sobre sus cuerpos. Y otros se dedican a decidir si el cuerpo de una mujer es puro o no.
De eso nada. Nadie tiene derecho a decir nada sobre tu cuerpo. Tú eres la que decide sobre él y tu opinión es la única que importa.